miércoles, 3 de septiembre de 2008

Atrapados en la red



IVANA PADIERNA. Barcelona 1.IX.08

Más de 300 amantes de la informática y de los videojuegos pasaron el fin de semana en el Barcelona Lan Party festival conectados a internet



Llegaron a las puertas del Palau Sant Jordi cargados con tres fuentes operadoras, dos pantallas, dos portátiles, tres tiendas de campaña y varias esterillas. Aida, una joven estudiante de 17 años, y otros dos miembros de su equipo de juego vinieron en coche desde Madrid y pagaron 32 euros por cabeza para poder instalarse, desde el pasado viernes y hasta ayer domingo, en la Barcelona Lan Party. Se trata de un festival que ha reunido a expertos y aficionados de los videojuegos más innovadores, llegados desde distintas partes del país para competir en diferentes torneos e intercambiar información con los más de trescientos fans del gaming inscritos en esta fiesta lan. La organización se puso en marcha el pasado octubre, cuando se empezaron a pedir las subvenciones que han sido concedidas por la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona para garantizar la conexión a internet a 512 aparatos como máximo. Los organizadores son unas cuarenta personas, entre ellos veinte voluntarios, que han trabajado duro para hacer posible una instalación de gran envergadura, en la que tanto los participantes como el staff se han quedado a dormir en la zona de descanso habilitada para ello con vestuarios y duchas. Ha sido un no parar de 72 horas en las que ha habido torneos, música de los pinchadiscos invitados, talleres, exposiciones y ponencias, entre otras actividades del mundo que engloba internet y las nuevas tecnologías. En la zona Lan Party, donde se han disputado los diferentes torneos de la fiesta, los usuarios instalaron sus preciadas máquinas de manera ordenada, una al lado de la otra, para conectar su ordenador con el del vecino y alcanzar así sorprendentes velocidades de interconexión con las que pasarse archivos de gran tamaño en tan sólo unos segundos. Entre filas podían verse ordenadores adornados con mascotas, convertidos en un camión de bomberos, tuneados a todo color e incluso algún que otro simulador de vuelo construido artesanalmente con un efecto muy logrado. Parece una señal de que sus dueños deben compartir muchas horas de recreo en busca de emociones fuertes y diversión. La mayoría son jóvenes, enérgicos y muy competitivos. Muchos de ellos llegaron dispuestos a pelear por premios como el de 650 euros concedido al vencedor del torneo de Counter Strike 1.6, el recreativo "más jugable y menos mentiroso de todos", según Santiago, un madrileño de 21 años. "Pero sobre todo vine a pasarlo bien con los chicos", asegura Aida, una de las pocas chicas que se pueden encontrar en este tipo de campeonatos. Y así es, algunos sacan el ordenador de casa en busca de amigos con los que compartir su pasión por uno de los pasatiempos que es el que causa más furor del momento. La estancia en una lan permite a los participantes conocer en persona a otros usuarios de internet, rompiendo así la fría barrera que se crea al estar detrás de la pantalla. "Es la primera vez que le veo la cara, pero he oído hablar mucho de él", dice Gabriel, de 23 años, señalando al que, asegura, es "el mejor de España" en su especialidad de juego. Y el muchacho sabe lo que dice. En el punto de mira está Jonathan, un joven barcelonés de 21 años que lleva desde los 14 enganchado a estos juegos cibernéticos y actualmente es uno de los cinco jugadores de la selección española de Counter Strike Source. "Llevo ocho años viajando por todos los países del mundo donde se organizan campeonatos oficiales. Este verano cada miembro del equipo ha ganado 12.000 euros en un mes", explica orgulloso. Eso sí, toda gran recompensa lleva detrás una disciplina. Ellos quedan, sin falta, para entrenar dos horas al día.

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